Farru



POR UN SUEÑO

De la saga de los farrucos, el hermano del medio, quizás el más rebelde de todos, presentó en Jerez un espectáculo flamenco que a la vez explora algunas nuevas facetas como interprete. Además de bailar muy bien, ahora canta y toca la guitarra.
Según sus declaraciones el espectáculo surge de sus años junto al maestro Paco de Lucía y lo que para él significó esa etapa. Incluso al final le dedica una canción a Lucía.
Siete músicos en escena, para arrancar con una iluminación muy al estilo de Saura, comienza cantando antes de sumergirse en los soniquetes, en las palmas y en los vertiginosos remates que va creando entre letra y letra. Ya no importa si es la seguiriya o la soleá, él sostiene el compás que luego remata, contesta y suena.

EL BAILE
Antonio Fernández Montoya tiene la marca registrada de su familia, un baile que apela al efecto de remates continuos, precisos, veloces y sonoros. La amplificación del espacio por momentos era demasiado invasiva a la música, pero sobre eso también se apoyaba el Farru para causar algún efecto.
Los brazos utilizados con poco recorrido, sin redondeces ni grandes recorridos, más bien buscaba tomarse de la chaqueta para poner el foco de atención en los pies. El espacio era recorrido de un extremo a otro donde también aprovechaba a incorporar elementos efectistas o quizás momentos de showman que domina a la perfección.
Por momentos abusa de la espalda al público, se mantiene con relación a sus músicos quienes a la vez lo jalean y acompañan. Siete personas detrás entre cantaores, guitarristas y palmeros lo respaldan, lo acompañan y le dan todo para que él sólo juegue a bailar.
Un momento interesante sucede cuando colocados en dos mesas, una en cada extremo, y rodeada por sus acompañantes Farru va de una a la otra improvisando, tocando, bailando, que es lo que mejor sabe hacer.

LA INVITADA
Como invitada su madre, La Farruca, quien luce una bata de cola blanca a lunares. Un vestuario que al menos a este narrador sorprendió ya que no es algo con la que se la vea bailar. Su personalidad superaba por momentos el uso del vestuario que la mayor parte de tiempo la llevaba enroscado o dando vueltas… A demás de caminar al estilo Matilde Coral, paseando la bata, se la recogía para hacer algunos pies, una escobilla simple o algún remate que terminara buscando la complicidad del público. Evidentemente su inclusión, dentro del espectáculo, fue de carácter más formal que espectacular. 
Sobre el final la segunda mujer que interviene en el grupo de ocho hombres será la cantaora Mari Vizárraga, quien con mucho arte le canta por tangos buscando todo el tiempo la complicidad, él muy elegante con su traje bordó con algunos detalles, baila y juega, se divierte y entretiene. Como fin de fiesta vuelva a cantar y a tocar la guitarra, quizás inaugurando una nueva posible etapa de su carrera artística.

Gabriel Vaudagna / Tetro Villamarta 23 de febrero 2020
Foto: ©festivaldejerez/Javier Fergo

FICHA TÉCNICA
Baile, voz y guitarra: Farru
Artista invitada: María Vizárraga
Colaboración especial: La Farruca
Cante y palmas: Antonio Villar, David el Galli
Guitarra: José Gálvez, Romás Vicenti
Percusión: Piraña
Palmas: Torombo y Lolo

Comentarios

  1. Mhermisa descripción .parece que los estuviera viendo!!!! Excelente Gabriel felicitaciones!!!

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