MARCO FLORES
Fase Alterna pone tensión en la platea.
Marco Flores estrena una nueva obra donde no solo reafirma su potencial
y su talento creativo, sino que genera una tensión continua en el espectador y
eso es un riesgo sobre el que irrumpe en el festival de Jerez.
La danza contemporánea suele trabajar sobre ciertos conceptos o
parámetros; el movimiento por el movimiento mismo -autotélico-, la abstracción,
el cuerpo en la escena como cuerpo que se mueve. Sobre esto opera construyendo
calidades del propio movimiento como continuo, fragmentado, etc. La música
suele operar como banda sonora no siempre está supeditado al movimiento.
El flamenco, en cambio, trabaja sobre otros parámetros crea un mundo
codificado que establece que tico, tico,
pam es un remate y va en determinado lugar de la música haciendo coincidir
el corte musical con la acción corporal que se detiene a la vez. Este momento
de simultaneidad suele arrancar de la platea un “ole”. La construcción de un
baile puede combinar secuencias sonoras de zapateos y secuencias de movimiento
corporal que no significan nada pero que arrastran lo emocional del interprete.
Aquí el público hace catarsis.
En definitiva, la codificación de una danza y otra son iguales sólo que
el uso de elementos más contemporáneos en el flamenco genera una ruptura en
donde la gente no sabe cuándo tiene que gritar el “ole”.
Fase Alterna propone la construcción de una obra en constante tensión y donde
la música y la danza no coinciden, donde lo que suena es flamenco pero lo que
se ve es otra cosa y eso viene a romper la codificación construida para la
danza. Podríamos pensar que hay dos partes diferenciada en la obra, la primera
con movimientos contemporáneos, el uso de diagonales, saltos, giros y el uso del
piso en algunas caídas y el soporte sonoro será flamenco, entre algunos acordes
de guitarra, pies que suenan y la voz de Mercedes Cortés. La segunda parte
podría leerse a partir de unos abandolaos que pareciera que se pasan a
verdiales y donde lo flamenco y lo folklórico toma cuerpo. Luego a otra serie
de movimientos abstractos que construyen imágenes. La luz apoya cada momento. Y
llega otra vez la simultaneidad con unas bulerías de jerez que él baila y las
tres mujeres que completan la compañía le hacen palmas, aquí más de una vez se
escuchan los “ole” desde la platea, lo que sigue mayormente coincide con la
música la danza y la codificación de lo flamenco. Bailará una cantiñas aunque
antes del final se escucha a Bach y el propio Flores zapateará sobre la pieza “variaciones
Golberg” y termina una danza que combina entre la imagen proyectada de él
bailando y él sobre el frente del escenario también repetirá los mismos patrones
que la proyección.
Hay una búsqueda interesante en la construcción de las escenas, una
simultaneidad coreográfica que pone a una bailarina/ora por delante mientras
Flores y el guitarrista -excelente- José Almarcha, están detrás de una gran
pantalla y bailan. Hay juegos dinámicos, otra vez el cante y la guitarra están
implicados en la construcción de la escena y se mueven por el espacio, la
cantaora es una bailaora más que atraviesa todo el espacio. El vestuario es
neutro y el espacio vacío minimalista y esto hace que lo contemporáneo cobre
mayor importancia sobre lo flamenco. No hay jerarquías ni roles en la compañía
todos aparecen reflejados en el programa como intérpretes, esto también
determina algo que lo diferencia.
Fase Alterna instala la pregunta sobre la estética flamenca, sobre el
encasillamiento de los roles, sobre la necesidad de la sincronicidad de la
música con la danza, ya Vicente Escudero bailaba sin música o seguido por unos
motores a mediados del pasado siglo y era cuestionado. Aquí Marco Flores propone
un trabajo donde no hay peinetas, ni flores, ni abanicos, ni mantón, ni colores
rojos. Entonces ¿hay flamenco?
Gabriel Vaudagna
23 Festival de Jerez / Teatro Villamarta 3 de marzo de 2019.
Foto: Javier Fergo (prensa del festival)
FICHA TÉCNICA
Dirección artística y producción: Marco Flores
Colaboración en la dirección: Olga Pericet
Artista Invitada: Sara Cano
Coreografía: Olga Pericet, Yoshua Cienfuegos, Sara Cano, Marco Flores
Intérpretes: Sara Cano, Mercedes Cortés, Ana Romero, José Almarcha y
Marco Flores
Música original: José Almarcha
Espacio sonoro: Mel Semé
Audiovisual: Harjinder Greenwal
Producción: Marco Flores
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