Daniel Doña
Psique
Daniel
Doña presenta en el Festival de Jerez una obra sobre lo propio. Psique
es una reflexión, el resultado de una investigación de varios meses sobre
algunos rituales folklóricos de la región de la Mancha. No es una obra de corte
flamenco su universo transita entre la danza española, el contemporáneo y la
performace.
Sobre
un escenario circular -ya estableciendo un área ritual- y rodeado de ramas, quizás
en una suerte poética de un bosque sucede la danza. Algo así como jotas, quizás
movimiento autotélico sin un sentido más que el propio movimiento del cuerpo,
aunque por momentos se transforma en algo catártico.
La
propuesta busca desde una estética de la danzas española y contemporánea sacar
del olvido aquellos rituales que siguen sucediendo en algunos pueblos. La voz es
utilizada todo el tiempo como colchón sonoro y como impulso del movimiento. Por
momentos el sonido saturaba las paredes del claustro de Santo Domingo
provocando aturdimiento y en la simultaneidad de música y texto algunas frases
no terminábamos de comprender.
En Psique
el intérprete interpela al espectador, ¿sabemos algo de lo que sucede en la
España profunda?
El
primer cuadro baila junto a Cristian Martín una danza en dúo con ciertos
registros de contact y de jotas siempre de frente. El segundo número se
establece un vínculo, tomados en pareja, en complicidad una especie de vlas-bailecito,
que componen momentos de mucha sinceridad y de entrega.
Van
sucediendo movimientos y a veces aparecen los pies como detalle en alguna
parte, incluso suena un polo que canta David Vázquez, el tercer integrante de
la puesta, que también interviene en movimientos y en canciones diversas. Lo
profano y lo religioso atraviesa la pieza y la reconstrucción de romances
utilizados en semana santa componen la construcción simbólica llena de imágenes
y con momentos de tensión. Algo sucede cuando aparece una máscara de perro al
cual intentan domesticar y luego le será puesto el bozal. ¿Qué tienen ambos de
animal y de humano? Un gesto que repetirán varias veces en cuatro pastas y con los puños apoyados en el suelo.
Cada
momento da impulso al siguiente, sin cerrar lo que se abre y eso desconecta al
espectador. El escenario se parte, van separando fragmentos, se rompe el
círculo, la tierra se abre. Si bien puede ser sólo simbólico este movimiento del
suelo con relación a la danza no aporta mayores datos ni cambios significativos.
El
espectador puede entrar en ese universo disfrutando de la danza o intentar buscar
alguna explicación, como dijo una mujer sentada a mi lado: “no entendí nada de
lo que pasó” y salir en silencio.
Daniel
Doña cuenta con sobrada trayectoria para plantear lo diferente, aunque esto a
veces, le cueste, pero se agradece que entre tanto flamenco haya un momento de
lo otro, que también es lo propio.
Gabriel Vaudagna / Claustro de Santo
Domingo
1 de marzo 2020 Jerez
de la Frontera
Fotos:
@festivaldejerez/ Javier Fergo
FICHA ARTÍSTICA
Baile: Cristian Martín
- David Vázquez - Daniel Doña
Idea original: Daniel
Doña
Coreografía: Daniel
Doña
Música original: Pablo
Martín Jones
Dirección escénica: Jordi
Vilaseca
Diseño de escenografía:
Elisa Sanz
Diseño de vestuario: Xabier
Mújika
Diseño de iluminación:
Olga García - Álvaro Estrada
Colaboración especial:
Héctor González (musical)
Asesoramiento
histórico: José Luis Gutiérrez
Asesor musical: Mayalde
Asesor de escena: Mambo
Decorados S.L
Técnicos: Kike Cabañas
- Óscar Alonso “Rusti”- Lalo Gallego
Audiovisuales: Beatrix
Molnar
Diseño gráfico: marcosGpunto
Fotografía: marcosGpunto
Prensa/ comunicación: Antonio
Rojas
Producción: Daniel
Doña Compañía de Danza
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